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Esto soy yo. Este es mi mundo.
Mi mundito y yo.
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Esto soy...

27/10/2010 - 27/10/2011

"Era un muchachón algo desarticulado. Era un chico grande.Y era un gran peleador. Un guerrero de la política. Un apasionado. Sólo la Huesuda le dobló el brazo. Y porque Néstor se la hizo fácil. Todos se lo decían: pará la máquina, descansá, tomate unos días. No pudo parar. No pudo porque no podía. Porque no sabía. Porque no quería. Es cierto que era un flaco como cualquier otro. Pero también era un flaco como pocos. Como muy pocos. Era un flaco como él solo lo era. Como ningún otro habría podido serlo. Hay tipos así: son únicos. Y habitualmente pasan rápido. Son como una bengala. Como un pistoletazo. Néstor sólo estuvo siete años en la política visible de nuestro país (antes era el gobernador de una provincia de un sur lejano, frío). Evita, desde 1945 a 1952, lo mismo: siete años. No quiero equipararlos en nada. Son distintos, sus tiempos fueron distintos, sus circunstancias, el mundo que los rodeó. Pero hay gente que necesita poco para trazar un marca profunda, imborrable en la Historia. Acaso ésa sea su grandeza, pero es también su gran debilidad. Porque se van pronto. La Muerte se los lleva como si quisiera castigarlos por amar tanto la vida. Entonces se mueren y ganan la inmortalidad. Pero uno sabe que habrían preferido seguir vivos, seguir así, pisando la tierra, peleando, discutiendo, apasionándose, haciendo todo lo que hacían cuando respiraban el aire de cada mañana y salían a la calle, pisando fuerte, llevándose la vida por delante."

José Pablo Feinmann: 
"El Flaco. Diálogos irreverentes con Néstor Kirchner"
(Fragmento)

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